Se pronostica que Bitcoin (BTC) será una opción de pago menos atractiva para los ciberdelincuentes a medida que mejoren las regulaciones y las tecnologías de seguimiento, lo que frustrará su capacidad para mover fondos de manera segura.
La firma de ciberseguridad Kaspersky en un 22 de noviembre reporte señaló que las negociaciones y los pagos de ransomware dependerían menos de Bitcoin como una transferencia de valor, ya que un aumento en las regulaciones de activos digitales y las tecnologías de seguimiento obligarán a los ciberdelincuentes a alejarse de Bitcoin y utilizar otros métodos.
Según lo informado por Cointelegraph, los pagos de ransomware con criptografía superaron los USD 600 millones en 2021 y algunos de los mayores atracos, como el ataque al Oleoducto Colonial, exigieron BTC como rescate.
Kaspersky también señaló que las estafas criptográficas han aumentado junto con la mayor adopción de activos digitales. Sin embargo, dijo que las personas se han vuelto más conscientes de las criptomonedas y es menos probable que caigan en estafas primitivas como los videos falsos de Elon Musk que prometen grandes ganancias en criptomonedas.
Predijo que los actores maliciosos seguirán intentando robar fondos a través de ofertas de tokens iniciales falsos y tokens no fungibles (NFT) y el robo basado en criptografía, como las explotaciones de contratos inteligentes, se volverá más avanzado y generalizado.
2022 ha sido en gran medida un año de hazañas de puentes con más de USD 2500 millones ya robados, según lo informado por Cointelegraph.
El informe también señaló que los cargadores de malware se convertirán en propiedad popular en los foros de piratas informáticos, ya que son más difíciles de detectar. Kaspersky predijo que los atacantes de ransomware pueden pasar de una actividad financiera destructiva a demandas más políticas.
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Volviendo al presente, el informe notó un aumento exponencial en 2021 y 2022 de “ladrones de información”, programas maliciosos que recopilan información como inicios de sesión.
Los ataques de cryptojacking y phishing también han aumentado en 2022, ya que los ciberdelincuentes emplean la ingeniería social para atraer a sus víctimas.
El cryptojacking consiste en inyectar malware en un sistema para robar o extraer activos digitales. El phishing es una técnica que utiliza correos electrónicos o mensajes dirigidos para atraer a una víctima para que revele información personal o haga clic en un enlace malicioso.