Marlin ha colaborado con Quest Flow para mejorar la seguridad de la red. El objetivo es salvaguardar los datos confidenciales y garantizar la integridad de los cálculos.
Marlin se complace en anunciar una asociación con @questflow, una red de flujo de trabajo agente de IA descentralizada para permitir aplicaciones de IA seguras, eficientes y escalables.
La innovadora plataforma de QuestFlow permite a los usuarios organizar flujos de trabajo complejos de IA, automatizar tareas y… pic.twitter.com/fU87NWgk7f
– Marlin (@MarlinProtocol) 16 de agosto de 2024
Marlin Protocol es una red programable de código abierto. Su objetivo es escalar redes peer-to-peer (P2P) y alojar aplicaciones DeFi. Los servicios incluyen ejecución segura de trabajos, cálculos de probador basados en zk, programación basada en eventos, almacenamiento en caché y transmisiones rápidas de bloques o transacciones.
Importancia de esta asociación entre Quest Flow y Marlin
Los usuarios pueden organizar complicados procesos de IA a través de la revolucionaria plataforma que proporciona Quest Flow. Esta plataforma automatiza tareas y ofrece incentivos a quienes crean agentes de IA. La necesidad de contar con sólidas medidas de seguridad y privacidad para salvaguardar los datos confidenciales es la fuerza impulsora detrás del éxito general de QuestFlow. En este punto entran en juego los conocimientos y la experiencia de Marlin.
Los agentes de inteligencia artificial de Quest Flow están construidos sobre Marlin’s Oyster, un coprocesador de inteligencia artificial de última generación basado en TEE que sirve como base ideal. Al utilizar Oyster, QuestFlow garantiza la integridad de los cálculos y protege los datos confidenciales. Oyster permite la creación de entornos de ejecución seguros y segregados para sus modelos de inteligencia artificial.
Cuando las capacidades de orquestación de inteligencia artificial de Quest Flow se combinan con la arquitectura informática segura de Marlin, surge una gran cantidad de oportunidades. Nuestra visión es un futuro en el que las aplicaciones descentralizadas (dApps) impulsadas por inteligencia artificial puedan implementarse con total seguridad, sabiendo que sus datos están resguardados y sus cálculos pueden verificarse.