Los estafadores explotan cada vez más los cajeros automáticos criptográficos, diseñados para facilitar la conversión de efectivo en criptomonedas, según una investigación reciente del Organised Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y el Miami Herald.
Los hallazgos revelan un preocupante aumento del fraude facilitado por estas máquinas en todo Estados Unidos, que se han vuelto omnipresentes: aparecen en gasolineras, tiendas de conveniencia y otros lugares accesibles.
El informe se produce en medio de hallazgos similares del FBI, que también informó recientemente de un aumento en el fraude de inversiones relacionadas con las criptomonedas en el país. La cuestión ha llevado a los legisladores estadounidenses a pedir un mayor escrutinio y regulación.
Supervisión laxa
Según el informe, el rápido crecimiento de los cajeros automáticos criptográficos y la supervisión regulatoria relativamente laxa los han convertido en un objetivo atractivo para los delincuentes. En comparación con los intercambios en línea, estas máquinas generalmente requieren una identificación mínima, lo que facilita que los estafadores operen sin ser detectados.
En 2023, el FBI informó que las pérdidas por estafas relacionadas con cajeros automáticos criptográficos superaron los 120 millones de dólares. La figura destaca el importante impacto financiero de este tipo de fraudes, que a menudo no se denuncian o no se resuelven debido al anonimato y la velocidad de las transacciones criptográficas.
Los estafadores suelen utilizar cajeros automáticos criptográficos para convertir rápidamente el dinero robado en criptomonedas, que luego pueden transferirse a través de fronteras y lavarse a través de varios intercambios.
El informe de la OCCRP señaló que muchas de estas actividades fraudulentas están vinculadas a redes criminales internacionales que operan desde países con marcos regulatorios débiles. Agregó que uno de los principales problemas que contribuyen al aumento de las estafas en cajeros automáticos criptográficos es el entorno regulatorio inconsistente en los diferentes estados.
Si bien la ley federal exige que los operadores de cajeros automáticos criptográficos se registren en la Red de Ejecución de Delitos Financieros (FinCEN) del Departamento del Tesoro y cumplan con los estándares contra el lavado de dinero (AML), las regulaciones a nivel estatal varían ampliamente. Algunos estados tienen requisitos estrictos, mientras que otros, como Illinois, no clasifican las criptomonedas como dinero, lo que limita la supervisión regulatoria.
Respuesta a estafas
El Servicio Secreto de Estados Unidos y el FBI están trabajando para combatir estas estafas, pero enfrentan desafíos importantes debido a la naturaleza internacional de muchos de estos crímenes. El primero ha identificado redes criminales transnacionales que explotan los sistemas financieros estadounidenses, a menudo provenientes de países que carecen de acuerdos legales con Estados Unidos.
Varios casos destacados ponen de relieve la magnitud del problema. En un caso, un residente de la ciudad de Nueva York fue condenado por operar una red de cajeros automáticos criptográficos sin licencia que facilitó más de 5,6 millones de dólares en transacciones fraudulentas. Las máquinas se comercializaron por su anonimato, atrayendo a una clientela criminal y destacando el potencial de uso indebido.
Los principales operadores de cajeros automáticos criptográficos, como Bitcoin Depot y FlipCoin, afirman que están tomando medidas para prevenir el fraude mediante la implementación de sistemas de alerta y el seguimiento de las transacciones. DigitalMint, otro operador, afirma comparar las billeteras de destino con las listas de sanciones y con frecuencia contacta a los clientes sobre actividades sospechosas.
La OCCRP dijo que el aumento de las estafas en cajeros automáticos criptográficos exige medidas regulatorias más estrictas y una mayor cooperación entre las agencias estatales y federales.